Conforme se avanza en la andadura de este libro, se comprende que los seres y las situaciones que ofrecen su anomalía al ojo observador ejercen atracción en virtud de su carácter reflexivo, es decir, reflejante. La persona que lee puede ser cualquiera de esas personas hechas de palabras: Diana, sí, pero también las hienas; Diana y las hienas. Todas y cada una de ellas.

Una experiencia literaria tiene que ser una experiencia poderosa; no basta la buena factura. Esta serie de relatos de Virginia Hernández Reta cumple con ambas condiciones. No hay que perdérsela.

Adriana Jiménez

Virginia Hernández Reta pone su huella poderosa en la escena literaria para que sus lectores bebamos del garrafón de su mirada incisiva, brutal, espejo al fin de los abismos de nuestra condición. La provocadora concisión del cuento es la horma precisa que da cuenta de las señas particulares de esta autora: una elegancia sin escrúpulos y la perturbadora fineza de lo no dicho. Ojo de bisturí, picota de minero, gancho al hígado… El lector no quedará indemne después de Diana y las hienas.

Mónica Lavín