Creador del comisario Pérez Chanán

Una biblioteca de 15 mil libros y el nombre-linaje del escritor Francisco Méndez Escobar (1907-1962) forman parte de las motivaciones que desde la infancia generaron la inquietud literaria en Francisco Alejandro Méndez Castañeda (1964) a quien Guatemala condecoró en 2017 con el Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias”, galardón que ha sido otorgado a escritores como Luis Cardoza y Aragón, Augusto Monterroso y Rodrigo Rey Rosa, entre otros.

Con el cobijo del premio, Méndez Castañeda, que también es centroamericanista doctorado de la Universidad Nacional de Costa Rica, publicó la novela de ochocientas páginas Saga de libélulas, que abre la serie del comisario Chanán con la región como geografía y contexto cultural.

En diversas entrevistas, Méndez Castañeda ha declarado ser un autor de literatura menor; es decir, de literatura urbana y novela negra, géneros periféricos en las letras guatemaltecas. Su apuesta como autor la ha establecido desde una corriente subterránea en sellos como la legendaria Editorial X.

Autor de 39 libros de, Méndez es un referente del género negro en Guatemala como creador de ‘Wenceslao Pérez Chanán’, un comisario maya quiché fiel a los garapiñados, a las canciones de Héctor Lavoe y al tequila Predilecto y protagonista de Chanán Cinco casos peliagudosEstá de perros (un caso peludo para el comisario) y de la trilogía: Saga de libélulas, Juego de muñecas y Si dios me quita a vida (Editorial X, 2020).

Si dios me quita la vida ha llegado a México como cuarta entrega de la serie RedRum de Ediciones Periféricas (2021)). En ella se narra una macabra puesta en escena al interior de una casa en Ciudad de Guatemala zona 2: un asesinato múltiple que, sabemos desde el inicio, sucede a la par de un pasaje histórico dentro del fútbol centroamericano: la trágica avalancha humana en el estadio nacional ocurrida en octubre de 1996 previo al partido clasificatorio al Mundial de Francia entre las selecciones de Costa Rica y Guatemala.

Esta novela mezcla momentos de acción dura con el ambiente de violencia urbana y un romanticismo trágico, propio de la identidad guatemalteca –ilustrado con las diferentes canciones que aparecen a lo largo de la novela y explícito desde el propio título de la misma–. En ella reaparece el fallido escritor de novelas policiales, Arthur Koestler (seudónimo de Arturo Castillo), de padres centroamericanos pero nacido en Los Angeles y encarcelado en Costa Rica tras encontrar una valija con seis kilos de coca. Será él quien desde su celda reescribirá las casos que Chanán le comparte vía correo electrónico.

Sobre Si dios me quita la vida la escritora costarricense Elizabeth Jiménez Núñez ha escrito: Más allá del acto criminal, el manejo de las circunstancias nos hace observar las raíces que desencadenan los hechos”. Al abordar la violencia intrafamiliar, Francisco Alejandro Méndez “transforma el núcleo narrativo en un dibujo cubierto de matices”.

Por su parte, en la sección El Maral de Lecturas de Suplemento de Libros (SdL) se menciona que en Si dios me quita la vida “el comisario ‘Wenceslao Pérez Chanán’ desplegará todos sus recursos para resolver un crimen atroz que sucede en el mismo entorno del desastre. Mientras cientos de personas son aplastadas debido a la sobreventa de boletos, auspiciada por corruptelas y una pobre valoración de la vida humana, una familia es masacrada en casa, manchando las camisetas de la selección nacional guatemalteca, en un guiño que permite pensar que el autor comprende cómo se vinculan los grandes desastres con las tragedias familiares, como si Méndez tuviera la clave para dar con la línea que conecta todas las vidas, todas las muertes, como si Méndez conociera demasiado bien su país…”.

 

 

Francisco Alejandro Méndez: un ‘escritor periférico’
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